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lunes, 23 de febrero de 2015

En el purgatorio...



Anoche soñé con David... 

David es un compañero, artista multidisciplinario, que murió -muy repentinamente- en noviembre del año pasado. 
Yo iba de paso por un lugar extraño... medio en penumbra... que simulaba un lugar como unas cuevas o casas antiguas entre las rocas... algo así como en el medio oriente (tiempo de cristo). Era tarde-noche... habían divisiones de distintos compartimentos en ese lugar, y cada lugar parecía ser algo así como “un mundo aparte”. En uno de esos mundos, había una especie de taller (no muy grande) donde la gente trabajaba haciendo distintas cosas en manualidades. De pronto en un rincón del taller, observo bien y me dirijo hacia allá como buscando algo (no sabía bien qué) y me encuentro con David... nos saludamos... y sin contarnos mucho, supe que estábamos en el purgatorio... 

Habían unas mujeres muy enojadas que no querían que nos comunicáramos... pero las ignoramos. 

Me dijo: Ven! Mira, observa bien esto... (Él, estaba haciendo unas molduras de un material algo parecido al yeso) quiero enseñarte algo... con esta mezcla –me mostraba una bolsa de ese material- tú lo mezclas con agua, lo viertes en estos moldes, y podrás sacar estas lindas molduras! (En la bolsa, se leía el nombre del contenido, decía “Wüiku”, y  no tengo idea lo que eso significa) 
Con un poco de pesar, me decía: Mira, yo siempre quise enseñarte esto, pero no tuve tiempo de hacerlo... ah! Además tengo algo para ti que quiero entregarte... metía su mano derecha en el hondo bolsillo de su overol (mismo overol azul que siempre usaba y que generalmente estaba manchado con pinturas) y sacaba un muy antiguo dije de plata de forma ovalada –bastante grande- en cuyo centro tenía la figura de una mujer en relieve de oro, con cuatro esferas –igual en relieve- de oro girando alrededor de la mujer... Me mira fijo, y me habla telepáticamente, me dice: Mira, si a ti te toca un golpe de fortuna, no te olvides de mi gente... Y de la misma forma telepática, le pregunto ¿Y cuál es tu gente? Y él me muestra a sus antiguos compañeros muralistas, bailarines y luchadores sociales... ellos, ellos son mi gente. 

Todo esto, lo hicimos muy rápido, ya que muy pronto llegó un hombre -que parecía ser el jefe del taller- muy mal genio y exaltado y gritaba y gritaba!!! Que se apuraran, que trabajaran!!! 

Y yo, le digo: Oye, ¿y este tipo que se cree que los gritonea así? Y él me dijo: A no se ná yo... yo no lo pesco, yo no tengo jefes, yo trabajo solo. Además, yo no voy a estar mucho tiempo aquí, después me debo ir para otra parte... (Estaba igual como era de independiente y rebelde acá) También me dice: Ya debes irte, porque si no, después no te van a querer dejar salir... y debes esconder lo que te di, porque te lo van a querer quitar. Me despedí de él y escondí mi dije dentro de un zapato. Al salir de ahí, pasé por otro apartamento (otro mundo) donde habían unas personas medias extrañas... unas querían ayudarme a salir y otras obstaculizaban mi paso de una u otra forma, entre ellas, vi a una mujer –relativamente joven- que estaba acurrucada en una esquina, así, en cunclillas... ella lloraba y lloraba... sufría mucho... estaba muy triste... yo la quería ayudar, pero nada podía hacer en tan poco tiempo... la pobre sufría de depresión endógena y bipolaridad... me daba mucha tristeza verle así, y ahí... Pero tuve que partir... Al lograr salir de ahí, me perseguían en algo así como unos helicópteros y hacían llover unos lagartos amarillos ocre, que al golpearse en el suelo se reventaban y se volvían barro... lo malo era que los que no se golpeaban en el suelo, caían a campo abierto por encima de unas ramas de árboles y salían corriendo he intentaban morderme los pies... Por suerte, ninguno lo logró -yo tampoco les tenía miedo- algo me decía que no eran más que ilusiones. Al salir de ahí, debía cruzar un manantial de mucha agua que caía como cascada desde unas montañas verdes... Era un agua muy linda, con espuma blanca al caer... Ya iba ha cruzar, cuando me despierta el sonido del móvil. 

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Lo raro y curioso de todo esto, además del lenguaje onírico lleno de símbolos que visualicé, es que (aunque parezca contradictorio) hacía mucho tiempo que no me planteaba la existencia del limbo, purgatorio o infierno. A veces –casi siempre- se me arranca la científica que llevo dentro, y simplemente no me conformo con nada que no pueda comprobar.
¿Es un poco raro todo esto, no?
Desperté con una sensación de pesadez... y de mucha preocupación por David. Él era una buena persona, un poco lobo estepario, eso sí... pero una buena persona, preocupado siempre del porvenir... de los que vienen, un animal político, fraterno, solidario, gozador de la vida,  un hombre revolucionario de tomo y lomo que comprendía que la revolución solo se lograría desde adentro hacia fuera. Y fue así, como los últimos años de su vida los vivió más intensamente –aún- con un grupo de gente medioambientalista, muy espiritual con profundas raíces de rescate étnico.
Era el hombre menos machista que yo he conocido. Un gran amigo y un gran compañero. Siempre me impulsó seguir a mi corazón y hacerle caso a mi conciencia, sin importar su precio. Siempre esperaba de mí, un análisis coyuntural de la realidad político y social del país y también del exterior. Recuerdo que cuando me desaparecía o no leía nada mío, me dejaba un mensajito de “sutil” llamada de atención: ¿Qué pasa compañera, porqué no he leído nada suyo...? ¿Por qué no ha opinado nada? Y ahí, yo -como nobleza obliga- desempolvaba mis razones, sacudía mis desilusiones, y comenzaba alguna opinión...
Nunca antes había soñado con él... 
Y sí, siento que nos quedaron cosas pendientes... no sé exactamente qué, pero algo no hicimos... lo supe el día en que me avisaron de su muerte por un infarto fulminante... y estuve meses sin poder creerlo ni aceptarlo. Y como siempre he hecho con todo lo que me duele, apreté el botón del olvido y no quise recordarlo más. 
Para mí, él anda de viaje... y de seguro nos encontraremos en otro instante de este existir. No se bien para qué, ni porqué... pero sé que así debe ser.

Por el momento, solo deseo de todo corazón que esté bien, donde quiera que se encuentre.


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