Febrero, noche de verano en el cono sur.
Después de tanta lucha, revoluciones internas y en los bosquejos de la historia, ya es noche. Y el oscuro manto de la noche, se percibe cálido. Es verano en el cono sur... no hay una sola nube en el cielo... cielo que luce en majestuoso manto de estrellas.
Ya es vieja. Los años han surcado su piel y desgastado sus huesos. Las articulaciones no son las mismas. Pero nadie le ha dicho a su memoria, a su intelecto, a su espíritu, y mucho menos a su alma, que el tiempo no perdona. Para ella el tiempo afecta lo tangible, la materia, no la esencia. Mujer sabia. Siempre se ha movido desafiando los tiempos... escurridiza. Toda su vida se deslizó por los bordes del abismo, no porque confiara en su tacto, si no porque conservó intactas sus alas. De corazón ardiente y libertario, jamás le hizo el quite a las llamas. Incombustible e inagotable por naturaleza.
Ya es noche... una cálida noche. Le espera su casa, su terraza y su mecedora. Limpia su cuerpo y se viste de gala; suelta su cabello largo y cano... viste su túnica blanca con bordes de historias ancestrales, camina descalza y descansa. Abraza su templo y le agradece la cobija de tantos años. Va soltando las amarras, e iza sus velas...
Boca arriba, sobre su mecedora, advierte que las estrellas se acercan más y más... casi las puede tocar con la punta de sus dedos... y el dolor físico comienza a desaparecer...
Toda una vida guerreando. Eligió el camino de la resistencia. Eligió formar a otros, educar a otros, amar a otros, y ha acompañar a otros. Eligió desparramarse en el mundo y dejar sus múltiples semillas en la tierra... para después.
Su alter ego ha venido por ella. Viene descalza, como ella. Viene joven, sonriente y feliz. Ya es hora. Ya no queda nada más por hacer. Ya hiciste suficiente... por esta vez. Se aleja el dolor y las estrellas besan su frente. Un último humo blanco sale de su pecho, se deposita en su alter ego, y se van monte adentro. Ya es hora. Ya fue suficiente... (por esta vez).
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"Y que florezca la verdad, libre entre la voz de los que quiero, que nos deje una palabra, vida y puro verbo.
Y me proteja la razón, nunca el corazón quitó algún riesgo, ¿y qué querías? si viajar con la verdad, puede dolernos.
Nunca el Dios del bien se fue de aquí, si miras bien está cantando junto a ti, toda esperanza en la verdad."
Latin Blues. Luis Le-bert, Santiago del Nuevo Extremo.
