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sábado, 29 de agosto de 2009

Lo sabrás...




"Nos podrán quitar las flores... pero nunca la Primavera".

He venido en un amanecer de otoño.
Bajo un sol poniente enrojecido…
Esperando primaveras venideras,
que sembraste a la vera del camino.

Padre amigo, padre hermano.
Padre, viejo Compañero.
Hay refugio en el recuerdo de tu abrazo
Hay abrigo en el camino compartido.

Cuando cruce el umbral de esta existencia…
Sé que ahí, estará tu mano compañera.
Veré tu temple erguido en dignidades
Sabrás que florecieron las montañas…
Veré en tus ojos, brillo cristalino…
Y sabrás que la misión ya fue cumplida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quién sabe...

Un campesino vivía con su hijo en la montaña cuidando animales. De todos, el caballo era el que mas necesitaba para realizar los trabajos diarios.
Una mañana, cuando el muchacho salió a trabajar, se dio cuenta de que el caballo había desaparecido. Desconsolado, fue donde su padre.
-¿"Mala suerte" dices? ¡Quién sabe! –fue todo lo que respondió el viejo. Y continuó ocupado en su trabajo.
A los pocos meses, el caballo volvió a la granja, acompañado por una yegua. El hijo, feliz, avisó enseguida a su padre. "¡Mira qué suerte, padre!"
-¿"Buena suerte" dices? ¡Quién sabe! –fue todo lo que comentó.
Al poco tiempo, el hijo cayó de la yegua y se rompió una pierna, quedando inútil para el trabajo para una buena temporada. "¡En tiempo de siega! ¡Qué mala suerte!" –le decían los vecinos al padre.
- ¿Mala suerte? Quién sabe…
Unas semanas después, llegaron los soldados y reclutaron a todos los jóvenes para la guerra. A causa de su renquera, el chico no fue seleccionado…
- ¡Qué suerte has tenido! –le decían.
- Quizás. Quién sabe…
Había aprendido la lección…
(Narración popular china)