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sábado, 25 de febrero de 2017

El descanso del Guerrero...




“El diablo susurró en mi oído: No eres lo suficientemente fuerte para resistir la tormenta... Hoy le susurré al diablo en el oído: “Yo soy la tormenta.”


Hace tan solo unos años atrás, vivía en estado de guerra permanente y aunque los lados están ahí, aún muy bien definidos (y de seguro siempre se mantendrán así)  mi actitud frente a todo ha ido cambiando con los años. Elijo mis batallas con más cuidado... con más sigilo... planeo mejor cada uno de mis pasos... cada uno de mis golpes...

Y  a ratos, me permito reír y ser feliz como trinchera de lucha. Me permito ilusionarme, enamorarme de la vida, de las cosas simples, de la mirada de un hombre, de su sonrisa, de su buen corazón y su tesón por verme sonreír, por verme y saberme feliz. Me permito hacer un alto al fuego y ser feliz, así, feliz, solo porque sé que lo merezco.

Nada es perfecto, él no lo es y yo tampoco. Pero los planetas se están alineando para una nueva era, una en la que por primera vez en toda mi vida, el centro de cambio y de atención seré yo. Y eso me gusta... me agrada... lo degusto bien... Es una sensación nueva, pero hermosamente excitante. Porque sea lo que sea, será.
Lo peor  ya pasó y estoy saliendo de la tormenta mucho mejor y más fuerte de lo era cuando entré en ella. 

“Que lo que no te mata te hace más fuerte?” No cabe ninguna duda, así es.